Tú no estabas
y hablando con la soledad
ella nunca me contestaba,
yo insistía, le decía la verdad
le contaba a quien amaba,
pero no me dirigía la palabra,
soledad ¡ háblame anda!
no me dejes sólo, con esta cosa amarga,
soledad, ¡eres macabra!
capaz de no decirme nada
aunque me veas llorar
por alguien que en mi corazón manda,
no me gusta aconsejar
pero nadie debería tratar con la soledad,
porque es capaz de verte arrastrar
y no decir nada.